La incertidumbre de saberse amada es tan cruel como hermosa.
Es ese continuo esperar una señal. Es el descifrar la ambigüedad de las palabras.
Es ese delicioso jugar al escondite. Ese negar lo evidente y evidenciar lo negado.
Es ese despertar cada día deseando una respuesta y responderse cada noche durmiendo en el deseo.
Es el juego de la seducción oculta. La mirada inquisitiva y el abrazo confirmador.
Es simple y a la vez complicada.
Es, sencillamente, la incertidumbre de saberse amada.
Es ese continuo esperar una señal. Es el descifrar la ambigüedad de las palabras.
Es ese delicioso jugar al escondite. Ese negar lo evidente y evidenciar lo negado.
Es ese despertar cada día deseando una respuesta y responderse cada noche durmiendo en el deseo.
Es el juego de la seducción oculta. La mirada inquisitiva y el abrazo confirmador.
Es simple y a la vez complicada.
Es, sencillamente, la incertidumbre de saberse amada.
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